Hoy voy a transcribir tres cartas curiosas, cada una en su “estilo”. Como dije en mi post anterior, los textos están copiados literalmente.
1.- Una orden de no pagar
“Carabanchel 2 de marzo de 1988
Soy el Hassane XXX XXX, número de tarjeta 123456789, Oficina 1234, Entidad 1234 XXXX.
Deseo que no paguen el teléfono ni la luz ya que me encuentro en la prisión de Carabanchel; Gracias.
Firma Hassan”
El sobre traía como remite Hassane XXX XXX. Apartado de Correos 27007 (Carabanchel) 6ª Galería.
El remitente estaría en la cárcel (yo le conocí personalmente; era un “camello” de medio pelo), pero tenía su puntito de persona “ordenada”. Si no estoy en mi casa, ¿por qué voy a pagar la luz y el teléfono?.
2.- Un enigma.
“Madrid, 22 de junio de 1989
Señor Director:
Yo no tengo dinero, solo que una vez, viví con mucha gente y solíamos llamarlas Mari Luz, María José, Poveda, Juan Pedro, Mariví, Carranza, Mari Paz, etc.
Pero le aseguro que todavía no me dirigió la palabra ninguno de ellos, ni me han dado nada.
Simona XXXX XXXX”
Esta carta venía en un sobre, cuyo remite estampillado decía:
El Último Parque
Cementerio de Animales de Compañía
La Rábida 24
28039. Madrid
Viniendo de donde venía, yo no sé si Mari Luz y compañía no serían alguno de moradores de ese particular cementerio. Lo digo por aquello de: “todavía no me dirigió la palabra ninguno de ellos”.
3.- Solicitud de un duplicado de cargo de recibo de luz… y algo más.
“Cáceres 27 de abril de 1989
Residencia Asistida de Pensionistas
Muy Sr. mío:
Habiendo Vds. efectuado un pago de 1.624 Ptas. el día 2 de marzo de 1989 de un recibo de la luz, es por lo que me dirijo a Vd. que me lo comuniquen a la sucursal de aquí, de Cáceres, Agencia Urbana 1234, lo que Vds. se lo comunicaron por teléfono, y como no me han mandado el recibo correspondiente, es por lo que deseo me remitan a mi dirección de esta Residencia el recibo, o en caso contrario un duplicado del mismo.
Sin otro particular, en espera de ser atendido, mande como guste a este s.s.s.
Agapito XXXX XXXX”
Anexo a esta carta de solicitud del duplicado del cargo de un recibo de luz, este buen señor me envía un folio con un trabajo literario suyo, que creo merece la pena ser reproducido íntegramente.
Dedicatoria: “Los ancianos somos humanos y así lo deseo para todos. Se lo dedico a Vd. Sr. Director”
Titulo: “Todos al final tendréis la Tercera Edad”.
“Rocas que con mi mirada tenéis miedo ante mi.
Mis ojos destellan con los rayos del sol, mientras mis pupilas se dilatan y terminarán con la Tercera Edad hasta morir.
Pero antes quedaréis destrozadas y calcinadas, hechas polvo ante la fuerza humana, que no se detendrá en defensa de la Tercera Edad.
Mis brazos fuertes y arrogantes, aun siendo de la Tercera Edad, pero el corazón no se doblegará ante esa juventud que asiste a los residentes de la Tercera Edad y ahora quiere hundir, como un barco sin timón, que se marcha al fondo del mar.
Rocas en el mar, que con arrogancia, estáis ante la mirada de esa juventud, que con desprecio os miran, quedando la espuma en la roca del mar de la Tercera Edad.
Forjar el bien y quitar el mal, forjando cuanto de justicia sea para la Tercera Edad. Seguir forjando la verdad y la paz, que también llegaréis a la Tercera Edad.
Que Dios perdone al pecador, si así lo fuera para la Tercera Edad”
Además, me adjuntaba una tarjeta suya de visita, en la que me indicaba que era “Técnico de Motores de Explosión Diesel. Diplomado”. Y el sobre venía cerrado con lacre.
Podría seguir con unas cuantas más, pero no quiero ser pesado con mis pacientes lectores.
Lo que si me gustaría señalar es la necesidad que tenemos las personas de comunicar a otros nuestras inquietudes, nuestras vivencias, nuestras ilusiones e incluso nuestros fracasos. Mi despacho, cuando fui Director de Sucursal, era un confesionario multiuso, en el que además de tratar los típicos negocios propios de una Entidad de Crédito, podían escucharse confesiones, a corazón abierto, de los temas más diversos que se pueda uno imaginar.
1.- Una orden de no pagar
“Carabanchel 2 de marzo de 1988
Soy el Hassane XXX XXX, número de tarjeta 123456789, Oficina 1234, Entidad 1234 XXXX.
Deseo que no paguen el teléfono ni la luz ya que me encuentro en la prisión de Carabanchel; Gracias.
Firma Hassan”
El sobre traía como remite Hassane XXX XXX. Apartado de Correos 27007 (Carabanchel) 6ª Galería.
El remitente estaría en la cárcel (yo le conocí personalmente; era un “camello” de medio pelo), pero tenía su puntito de persona “ordenada”. Si no estoy en mi casa, ¿por qué voy a pagar la luz y el teléfono?.
2.- Un enigma.
“Madrid, 22 de junio de 1989
Señor Director:
Yo no tengo dinero, solo que una vez, viví con mucha gente y solíamos llamarlas Mari Luz, María José, Poveda, Juan Pedro, Mariví, Carranza, Mari Paz, etc.
Pero le aseguro que todavía no me dirigió la palabra ninguno de ellos, ni me han dado nada.
Simona XXXX XXXX”
Esta carta venía en un sobre, cuyo remite estampillado decía:
El Último Parque
Cementerio de Animales de Compañía
La Rábida 24
28039. Madrid
Viniendo de donde venía, yo no sé si Mari Luz y compañía no serían alguno de moradores de ese particular cementerio. Lo digo por aquello de: “todavía no me dirigió la palabra ninguno de ellos”.
3.- Solicitud de un duplicado de cargo de recibo de luz… y algo más.
“Cáceres 27 de abril de 1989
Residencia Asistida de Pensionistas
Muy Sr. mío:
Habiendo Vds. efectuado un pago de 1.624 Ptas. el día 2 de marzo de 1989 de un recibo de la luz, es por lo que me dirijo a Vd. que me lo comuniquen a la sucursal de aquí, de Cáceres, Agencia Urbana 1234, lo que Vds. se lo comunicaron por teléfono, y como no me han mandado el recibo correspondiente, es por lo que deseo me remitan a mi dirección de esta Residencia el recibo, o en caso contrario un duplicado del mismo.
Sin otro particular, en espera de ser atendido, mande como guste a este s.s.s.
Agapito XXXX XXXX”
Anexo a esta carta de solicitud del duplicado del cargo de un recibo de luz, este buen señor me envía un folio con un trabajo literario suyo, que creo merece la pena ser reproducido íntegramente.
Dedicatoria: “Los ancianos somos humanos y así lo deseo para todos. Se lo dedico a Vd. Sr. Director”
Titulo: “Todos al final tendréis la Tercera Edad”.
“Rocas que con mi mirada tenéis miedo ante mi.
Mis ojos destellan con los rayos del sol, mientras mis pupilas se dilatan y terminarán con la Tercera Edad hasta morir.
Pero antes quedaréis destrozadas y calcinadas, hechas polvo ante la fuerza humana, que no se detendrá en defensa de la Tercera Edad.
Mis brazos fuertes y arrogantes, aun siendo de la Tercera Edad, pero el corazón no se doblegará ante esa juventud que asiste a los residentes de la Tercera Edad y ahora quiere hundir, como un barco sin timón, que se marcha al fondo del mar.
Rocas en el mar, que con arrogancia, estáis ante la mirada de esa juventud, que con desprecio os miran, quedando la espuma en la roca del mar de la Tercera Edad.
Forjar el bien y quitar el mal, forjando cuanto de justicia sea para la Tercera Edad. Seguir forjando la verdad y la paz, que también llegaréis a la Tercera Edad.
Que Dios perdone al pecador, si así lo fuera para la Tercera Edad”
Además, me adjuntaba una tarjeta suya de visita, en la que me indicaba que era “Técnico de Motores de Explosión Diesel. Diplomado”. Y el sobre venía cerrado con lacre.
Podría seguir con unas cuantas más, pero no quiero ser pesado con mis pacientes lectores.
Lo que si me gustaría señalar es la necesidad que tenemos las personas de comunicar a otros nuestras inquietudes, nuestras vivencias, nuestras ilusiones e incluso nuestros fracasos. Mi despacho, cuando fui Director de Sucursal, era un confesionario multiuso, en el que además de tratar los típicos negocios propios de una Entidad de Crédito, podían escucharse confesiones, a corazón abierto, de los temas más diversos que se pueda uno imaginar.