miércoles, 14 de septiembre de 2011

TRECE Y MARTES


            Ayer fue trece y martes . Dicen los que creen en esas cosas que es día de mala suerte. Ayer, una persona que había depositado su boleto del “Euromillón” en la región de Normandía (Francia), ha resultado ser el único acertante del sorteo  (http://bit.ly/qQKL0x), y se va a embolsar 162.256.622 euros. Una cantidad que, al menos a mí, me produce vértigo; me marea.

            ¿Ha sido para esta persona este martes y trece día de mala suerte?. Pienso que la mayoría de la gente dirá que ha tenido una suerte inmensa. Estamos acostumbrados a medir la suerte de las personas en función de los pelotazos que dan, sean con la Euromillonaria, con cualquier otra Lotería, o con un negocio fácil y rápido que les proporciona en un plis plas  una enorme cantidad de dinero. Cuantificamos la suerte y reducimos el concepto suerte a una cifra dineraria más o menos elevada. Pero ¿la suerte es eso?.

            He conocido durante mis largos años de vida profesional unos cuantos golpes de esa suerte, con lotería, quinielas, primitiva, etc.. Y he visto cómo la vida de alguna de esas personas empeoró. La nueva preocupación por qué hacer con tanto dinero les trastornó su vida; en algunos casos de los que conocí, gravemente.

En mi opinión, los agraciados en este tipo de sorteos, sobre todo los que obtienen los premios más altos, se enfrentan también a una dificultad añadida: “digerir” la cuantía del premio. Hay que tener las ideas muy claras y la escala de valores bien asentada, para hacer felizmente esa difícil digestión.

Le deseo a la persona agraciada con esa mareante cantidad de dinero una feliz digestión. Mucha suerte.