viernes, 28 de octubre de 2016

ATENCION TELEFONICA

       El pasado domingo contraté, mediante llamada telefónica, el paquete que oferta MOVISTAR llamado Movistar Plus Fusión 2. La contratación fue rápida y eficaz, recibiendo un e-mail de confirmación de mi contrato a los quince minutos.
Como he sido usuario y Cliente de Canal +, debo darme de baja de este contrato, al tener incluídos sus servicios en el nuevo contrato, y para ello, una vez ultimada la instalación de todos los servicios contratados, consulto en la web de Movistar, actual propietario de Canal +, cómo hacerlo. 
            Después de casi dos horas (exactamente 1h 49 minutos), llamando a los teléfonos que se indican en la web: 902 11 00 10, 954 04 33 08 y de dar vueltas y vueltas en una web, en la que se ofrece un teléfono gratis para contratación: 900 200 661 y existe la posibilidad de contratar cualquier servicio de los que ofrece Movistar, por fin he conseguido hablar con una persona. He tenido la suerte de que me atendiera bien y que cumpliera con mi deseo de darme de baja de Canal +. 
            Quiero dejar constancia de la manera de actuar de Movistar. Para contratar un servicio, todo son facilidades. Para dar de baja un contrato todo son dificultades. Además me parece impresentable que la primera operadora de telecomunicaciones de España utilice precisamente ese medio, el de la telecomunicación, el de la llamada telefónica, para tomar el pelo a los Clientes y para rentabilizar la larga espera de la llamadas a un 902. Curiosamente, tanto Telefónica, Movistar o cualquiera de las grandes empresas españolas, suelen tener como teléfono de atención al Cliente un 902. 
A mí esto me indica la consideración que tienen hacia nosotros los Clientes; los que generamos su Cuenta de Resultados: “Somos los tontos útiles”. Una vez contratados los servicios, solo se acuerdan de nosotros para ofertarnos una y otra vez el producto de turno. Mediante e-mails, llamadas, mensajes telefónicos etc. . Y si quiero rescindir un contrato (el que sea) sencillamente porque me  da la gana, el atosigamiento llega a límites imperdonables. Acabo de experimentar este agobio por parte de Orange, el anterior operador, con el que llevaba trabajando más de quince años. 
Conclusión. Creo que los Clientes y Consumidores (sí, con mayúsculas), deberíamos llevar estas quejas a las Oficinas de Defensa del Consumidor, para dos cosas fundamentales: que nos atiendan (y no nos toreen) y que se supriman los teléfonos 902 en los de atención al Cliente.