Hoy he comido en un restaurante de comida casera en el Barrio de Salamanca de Madrid. Era la primera vez que iba a este restaurante. El menú del día, a elegir: entre cuatro primeros, cuatro segundos y cuatro o cinco postres era muy, pero que muy recomendable. El precio 9 euros. El camarero amabilísimo. Todo muy bien. Con la excepción del publirreportaje que me he tragado.
Como es normal en numerosos restaurantes de este estilo, tenían conectada la televisión: estaba sintonizado el canal de Telemadrid. He de reconocer que no soy televidente, pero, de uvas a brevas, veo algún informativo. Aunque Telemadrid es una cadena que no veo nunca. Pues hoy sí. Ha coincidido mi comida con el telediario de esta cadena. Bueno, para ser veraces, con un publirreportaje sobre el PP., que es el partido dominante en esta Comunidad.
Mi mujer y yo estábamos ajenos a la tele hablando de nuestras cosas. Pero el publirreportaje era tan evidente, que hasta nosotros, espectadores forzosos e indiferentes, escuchábamos como ruido de fondo, las maravillas del Sr. Aznar y su primer Gobierno, ensalzadas por Dª Espe, y coreadas por todo el elenco de capitostes del PP. A la vez, claro está, ponían a parir al PSOE. Todo muy normal.
Pero ¡qué coño muy normal!. Telemadrid la financiamos todos los residentes en esta Comunidad, tengamos las ideas políticas que tengamos. Pero todos los que allí decían algo eran, bien del partido dominante, o bien periodistas que parecían pertenecer a la Oficina de Prensa del PP. Lo que digo desde el principio: un publireportaje pagado con el dinero (sin color político) de los contribuyentes madrileños. Me han jodido la comida. Eran atragantantes de puro empalago.
Lo peor de todo, es que estoy seguro de que, si en vez de estar en Madrid, hubiera estado en Barcelona, Valencia, Sevilla, Donostia o Monforte de Lemos (por poner solo unos ejemplos), y hubiera comido viendo el informativo de cada una de las TV. públicas de esas Autonomías, me habría tragado el correspondiente publirreportaje, que pagan con sus impuestos, los ciudadanos de aquellos lares.
Si a nuestros políticos autonómicos se les privara de “sus” TV. y del control de las Cajas de Ahorros, se quedaban en pelota picada. Sus ya dudosas cualidades de servicio público, iban a quedar en la mas vergonzosa de las evidencias.
Voy a dejarlo ya. Parece que además de hacerme efecto el publirreportaje, quizás el vino del menú fuera un poco peleón y me haya sentado mal.
Como es normal en numerosos restaurantes de este estilo, tenían conectada la televisión: estaba sintonizado el canal de Telemadrid. He de reconocer que no soy televidente, pero, de uvas a brevas, veo algún informativo. Aunque Telemadrid es una cadena que no veo nunca. Pues hoy sí. Ha coincidido mi comida con el telediario de esta cadena. Bueno, para ser veraces, con un publirreportaje sobre el PP., que es el partido dominante en esta Comunidad.
Mi mujer y yo estábamos ajenos a la tele hablando de nuestras cosas. Pero el publirreportaje era tan evidente, que hasta nosotros, espectadores forzosos e indiferentes, escuchábamos como ruido de fondo, las maravillas del Sr. Aznar y su primer Gobierno, ensalzadas por Dª Espe, y coreadas por todo el elenco de capitostes del PP. A la vez, claro está, ponían a parir al PSOE. Todo muy normal.
Pero ¡qué coño muy normal!. Telemadrid la financiamos todos los residentes en esta Comunidad, tengamos las ideas políticas que tengamos. Pero todos los que allí decían algo eran, bien del partido dominante, o bien periodistas que parecían pertenecer a la Oficina de Prensa del PP. Lo que digo desde el principio: un publireportaje pagado con el dinero (sin color político) de los contribuyentes madrileños. Me han jodido la comida. Eran atragantantes de puro empalago.
Lo peor de todo, es que estoy seguro de que, si en vez de estar en Madrid, hubiera estado en Barcelona, Valencia, Sevilla, Donostia o Monforte de Lemos (por poner solo unos ejemplos), y hubiera comido viendo el informativo de cada una de las TV. públicas de esas Autonomías, me habría tragado el correspondiente publirreportaje, que pagan con sus impuestos, los ciudadanos de aquellos lares.
Si a nuestros políticos autonómicos se les privara de “sus” TV. y del control de las Cajas de Ahorros, se quedaban en pelota picada. Sus ya dudosas cualidades de servicio público, iban a quedar en la mas vergonzosa de las evidencias.
Voy a dejarlo ya. Parece que además de hacerme efecto el publirreportaje, quizás el vino del menú fuera un poco peleón y me haya sentado mal.