viernes, 18 de marzo de 2011

TRILEROS FINANCIEROS

       Durante las últimas décadas y singularmente en la última, el “vale todo” que ha imperado en los mercados financieros, ha propiciado la profunda crisis económica que estamos padeciendo. No voy a realizar ningún nuevo análisis sobre la crisis, ni por desgracia, tengo la solución del problema. Me preocupa mucho el desenlace que tenga y deseo fervientemente que acabe cuanto antes. Ojalá que en el menor tiempo posible puedan recuperar su trabajo tantas personas que hoy no lo tienen.
      Una de las cosas más sensatas que podemos hacer cuando nos encontramos con un problema, además de buscar su solución, es poner los medios para procurar que en el futuro ese problema no se reproduzca. Pues bien, a mi me parece que en el momento actual y ante el problemón que tenemos, ni se ponen soluciones, ni hay una voluntad decidida de prevenir su repetición en un futuro.
      En mi opinión, para resolver un problema lo primero que hay que hacer es identificarlo correctamente. Creo que esta tarea ya la han llevado a cabo  especialistas muchísimo más cualificados que yo. Pero a mí se me antoja que, además, es necesario identificar plenamente a las personas que han ocasionado esta crisis y exigirles que paguen por sus “dudosas prácticas financieras”. Las cosas no pasan porque sí. Los hechos suceden porque hay unas determinadas personas que deciden hacer algo y porque otras permiten hacer ese algo. Y me parece que cuando suceden hechos tan graves como que Grecia quiebre, que Portugal esté al borde, que España ofrezca todas las dudas del mundo, que Irlanda tampoco genere mucha confianza, que las Bolsas, europeas y americana, parezcan una montaña rusa, es preciso conocer quienes son los provocadores de tanta mierda.
      Estos provocadores, verdaderos trileros son pocos y dan poco la cara. Tienen a su servicio todo un ejército de curritos como Jerôme Kerviel (que al final son los que pagan los platos rotos), que no paran de mover vertiginosamente los miles de millones de euros, en la mesa de juego que montan cada día en las Bolsas más importantes del mundo. Nosotros, honrados ciudadanos, perdemos sistemáticamente las apuestas que se cruzan entre ellos. Pero ellos, siempre ganan. Si la economía real está en auge ganan, y si hay crisis ganan también; incluso más que antes. Todo ello sin aportar ningún valor añadido a la economía real. Todo es juego y trampas. Es normal entre ellos las jugadas de ventaja previamente amañadas.
      De esta forma pueden producirse beneficios como los del Sr. Paulson (en el centro de la foto): 3.700 millones de euros (el solito) en 2.010. Para hacernos una idea y comparar, en ese mismo, año el Banco Santander gano en Europa 3.387 millones de euros, el BBVA 1.935 millones de euros en Europa y 2.671 en América. Goldman Sachs, por cierto, banco multado por el regulador bursátil USA por fraude en la comercialización de activos hipotecarios, ganó en 2.010, solo 6.145 millones de euros. Otro “pajarillo” que aparece en la lista Forbes con una fortuna de 14.200 millones de dólares a 31.12.2010, es el Sr. Soros (en la foto, primero por la izquierda), que hace no muchos años casi se carga la libra esterlina apostando contra su cotización. El segundo por la izquierda en la foto, el Sr. Simons, solo pudo reunir 8.700 millones de dólares a 31.12.2010 y se descuelga un poco en la lista Forbes. A mi estas cifras me producen un cierto mareo y una gran indignación, pues proceden simple y llanamente del juego especulativo.
      Pero lo más triste, es que nosotros colaboramos pasiva e inocentemente en ese juego especulativo, con una parte importante de nuestros ahorros. Me refiero a que muchos de esos enormes flujos monetarios que todos los días ruedan por las principales Bolsas del mundo, y que estos tramposos cambian de “cubilete” a velocidades de vértigo, son esos ahorros que nosotros hemos guardado confiadamente en Fondos de Inversión o en Fondos de Pensiones.
      Como decía al principio de este artículo, yo no tengo la solución para resolver este problema. No sé cómo se puede luchar contra los lobbys que manejan este cotarro. Nos hemos metido en un modelo de sociedad que propicia que este tipo de individuos, que ignoran deliberadamente el concepto de ética, puedan seguir estafándonos mucho tiempo. No veo otra salida que un profundo cambio social. Y esto es muy complicado, pero no imposible. Desde luego, si la mayoría de nosotros seguimos en el juego con nuestro papel de colaborador pasivo, el juego no se detendrá y seguiremos perdiendo siempre. Creo que debemos movernos, aunque nos cueste, y comenzar entre todos a desmontar este chiringuito. Debemos exigir a los políticos que dejen de venderse sistemáticamente a estos trileros de mierda que han conseguido, entre otras cosas, llevar al paro y a la ruina a tanta gente. Pero no debemos olvidar que las cosas no se resuelven solas. Si yo no pongo nada de mi parte para resolver el problema esperando que lo hagan otros, el problema, no solo no se resuelve, sino que aumenta.

3 comentarios:

Fernando Solera dijo...

La Bolsa es peligrosísima, ahora más que nunca, y meterse en ella entre tantos leones hace que uno tenga todas las papeletas para convertirse en gacela. Y en cuanto a nuestra pasividad, tienes toda la razón, aunque el mero hecho de denunciar abiertamente estos abusos ya es un paso, ¿no crees?

Un abrazo.

Josep Julián dijo...

Hola Armando:
Suscribo plenamente cuanto dices y además a estas alturas de curso ya hace tiempo que sabemos cómo se llaman, dónde viven y cómo amasan sus fortunas.
Magnífico artículo.
Un abrazo.

armando alonso dijo...

Hola Josep.
Gracias por tu comentario.
A pesar de que algunos sepamos cómo se llaman y cómo operan estos trileros, creo que es nuestra obligación, para con el resto que no lo sepan, divulgar sus nombres, sus caras, su estilo de "ganar dinero". Quizás informando a la gente consigamos que algunos despertemos de esa cómoda pasividad.
Un abrazo.