Al menos una vez al año, solemos ver en los medios informativos
imágenes de la “Fiesta de la Trashumancia”. Vemos rebaños de ovejas conducidos
por sus pastores buscando nuevos pastos y cruzando por las cañadas que todavía
atraviesan las grandes ciudades. Y cada vez que veo estas imágenes, no sé por
qué deformación personal, enseguida les pongo caras humanas: relaciono a estas
ovejas con nuestros políticos.
Veo
inmediatamente la figura de un pastor, que con su vara dirige los movimientos
de los miembros de su rebaño. Las ovejas siguen dócilmente las órdenes del
pastor, con la seguridad que les da saber que les llevará a los pastos donde
podrán alimentarse sobradamente. Además ese pastor les va a librar de los peligros
que les puedan sobrevenir frente a los ataques de enemigos naturales: lobos y
demás depredadores ovinos.
Los corderos van balando alegremente en
su camino hacia esos lugares donde hay mucho pasto (o mejor dicho “pasta”):
Congreso, Senado, CC.AA., Ayuntamientos, etc. Los lugares de pasto (perdón de
“pasta”), están muy concurridos: acuden todos los rebaños de las más diversas
razas y procedencias. Ahí se desarrollan peleas entre rebaños por conseguir el
mejor pasto y el más cuantioso. En esta pelea tienen un papel fundamental los
perros pastores, verdaderos especialistas en mantener al rebaño unido y dócil
frente a la amenaza de los otros perros pastores del rebaño contrario. Lo cual
no quita para que, pasada la tensión inicial, todos los pastores que concurren
a esos pastos, se acomoden en el prado a compartir comida, bebida, historietas
y chascarrillos antiguos, en amigable charla. Además están invitados a todo.
Sin embargo, este peculiar rebaño de
ovejas no es tan productivo como el de ovejas de verdad. Éstas producen leche,
lana, etc. Las otras son totalmente improductivas, solo saben consumir pasto
(digo pasta) y por más que se empeñen los que ponen el pasto, unos tontos
útiles llamados contribuyentes, nunca obtendrán nada productivo de esta clase
de ovejas tan peculiar.
Como en cualquier rebaño, se sienten
seguros en él. Encuentran cobijo y protección frente al exterior y es raro que
alguien se descarríe, aunque alguno lo hace
de vez en cuando, exponiéndose a la expulsión de ese rebaño. Esta
circunstancia tampoco es tan grave: suelen encontrar cobijo en otro rebaño y
continúan pastando.
Por otra parte, este peculiar rebaño
tiene una capacidad adaptativa digna de estudio. No sé si Darwin sería capaz de
explicar cómo los ejemplares de este rebaño, se readaptan rápidamente a otro
rebaño de otra especie diferente: el de los ex. Esta especie prolifera en las
empresas beneficiarias de favores procedentes del rebaño de procedencia. Pero,
¿qué estoy diciendo?, ¡si son la misma especie¡; tan solo han cambiado la marca
que llevan en la piel. Ahora son borregos, siempre bien alimentados, que balan
las grandezas de sus nuevos pastores: los empresarios a los que favorecieron
desde su anterior rebaño.
4 comentarios:
Hola, Armando. Te he contestado a tu visita en "Elefanteblancoster" y allí te he dejado mi nuevo enlace.
Me alegra mucho reencontrarme contigo, aunque sea entre tanto rebaño que no sabe ni quiere saber nada de cambios.
Gracias y saludos.
Amigo Alfonso.
Gracias por pasarte por este Blog. Espero que se me pase la abulia y vuelva a escribir con más frecuencia.
Gracias. Un saludo
Qué cosas se te ocurren, Armando: relacionar las ovejas con los políticos. La verdad es que me he reído mientras leía esta entrada. Pero los que se deben reir para sus adentros son los políticos, que son los que en la realidad tratan a las personas peor que a ovejas. Un abrazo!
Amigo Emilio, gracias por tu visita.
Me alegro que te hayas divertido leyendo esta historieta. Sigo pensando en los políticos como un rebaño obediente que sigue a su "líder", el "pastor" de turno, que es el que les lleva a los "pastos" que pagamos todos los ciudadanos.
Ese "pastor/líder" no es más que un "mandao" de los verdaderos dueños del cotarro: banqueros, especuladores y demás fauna que los manipulan a su favor y los que les pagan el tal favor. La lista de beneficiarios de "la puerta giratoria" políticos/consejeros/enchufados etc., es interminable. Entre los últimos ejemplos tenemos al Sr. Rato. Después de cargarse Bankia, lo acoge Caixabank (antigua "Caixa"), para el Consejo de Servihabitat (negocio inmobiliario). Siempre es el mismo baile: político/ladrillo/banca. En fín, estoy asqueado de tanta golfería. Lo dejo ya, que me enciendo y a mis años me están recomendando más tranquilidad.
Un fuerte abrazo.
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