Define la Real Academia de la Lengua
el adjetivo mediocre, como: “De calidad media” o “De poco mérito,
tirando a malo”. Y lameculos,
como “Persona aduladora y servil.” El
muy famoso Principio de Incompetencia de Peter, dice: “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de
incompetencia. La nata sube hasta cortarse.”
De
vez en cuando, me paro a pensar sobre estos términos y sobre este Principio. Y cada
vez estoy más convencido de que son complementarios. Este convencimiento me
llega de la mera observación de mi entorno social. He conocido de primera mano,
demasiados casos de incompetentes, mediocres y lameculos. Si añadimos a estas
“cualidades” la circunstancia económica que suele rodear a estos especímenes,
la explicación del fenómeno es sencilla.
En
demasiadas ocasiones he comprobado como una organización está dirigida (es un
decir) por un mediocre que ha conseguido llegar al primer nivel de incompetencia.
Este incompetente de primer nivel, promociona a un lameculos de nivel inferior y éste pasa a
formar parte del rebaño de mediocres y lameculos que inevitablemente necesita
ese incompetente mayor. Para mantener la necesaria unión del rebaño, es preciso
un fuerte estímulo económico, que suministre a los borregos el pienso necesario
para conseguir esa docilidad. Y las formas de ese estímulo económico son muy
diversas. Desde suculentos salarios, hasta pagos en dinero negro (sea con
tarjetas black o con algo parecido). No hay ningún problema en que los borregos
asimilen estos lazos de unión. De hecho, pasan a ser incompetentes de segundo
nivel y buscan inmediatamente otro rebaño que pastorear replicando el mismo
modelo que les ha promocionado a ellos. De esta forma, el modelo diseñado por
el incompetente mayor se extiende por todos los escalones de esa organización y
todos son felices.
A
veces, surgen en esas organizaciones, tipos a los que les da por pensar e
incluso tienen ideas brillantes sobre cómo conseguir objetivos sociales mucho
mejores que los individuales del gran incompetente. Esos tipos son un estorbo
para la consecución de los objetivos personales del incompetente mayor. Son una
grave amenaza para él.
Esos innecesarios pensadores
son los que lastran el resultado a corto plazo de la organización, que es el único
que importa. Introducen en el entramado social un peligroso hábito: el de pensar.
Cuestionan objetivos, políticas comerciales, estilos de dirección … … . Suelen
decir que es más importante el objetivo duradero que el inmediato. Aseguran que
todos los individuos de la organización, estén en el nivel que estén, son
personas inteligentes y capaces de pensar; y que pueden desarrollar ideas para mejorar
los resultados de la organización. Algunos incluso suelen tener peligrosas capacidades
directivas, e incluso capacidad de liderazgo; y organizan, en vez de rebaños,
verdaderos equipos de trabajo. En estos equipos surgen nuevas ideas, producto de
las aportaciones inteligentes de sus componentes. Aunque esas nuevas ideas
difícilmente serán desarrolladas; deberán estar previamente aprobadas por el
incompetente de turno. También es frecuente la apropiación de esas brillantes
ideas, por el mediocre/lameculos de turno. Pero también es habitual, que al ser
ideas que sobrepasan la capacidad profesional de los que las han robado, se
suelen paralizar en el complicado camino hacia arriba.
Cuando el gran
incompetente y su camarilla de mediocres y lameculos constatan que esos grupos
de pensadores les pueden mover los sillones, comienzan a desarrollar una
estrategia de eliminación de esos
peligrosos pensadores. Y lamentablemente, suelen conseguir ese objetivo de
forma muy rápida. No reparan en medios económicos y legales para desalojar de
la organización inmediatamente a esa gente.
Este proceso se repite
una y otra vez en la sociedad en la que vivimos. Este reinado de la
incompetencia y la mediocridad, está ocasionando, en mi opinión, un tremendo
deterioro social y humano. ¿Acabará algún día?.
2 comentarios:
Cuando he empezado a leer tu escrito, Armando, te imaginaba describiendo lo que ocurre en Cajas y bancos. Pero conforme he ido avanzando la lectura, he visto que se puede aplicar a lo que está pasando ahora (no hace siglos) en la universidad, en las administraciones (autonómicas y del estado), en los partidos políticos...
La verdad es que, por mucha constitución y mucho derecho que se quiera, si las cosas funcionan así, difícil es que no se hunda el chiringuito.
¿Acabará algún día? Sí, pero nosotros ya no lo veremos :(
Un abrazo!
Me identifico totalmente con tu sabio comentario y lo que es mas grave, en el mundo económico, político y social actual no se nota que está dirigido por una memocracia. Llegamos a creernos que somos un país "moderno" y que funciona. En realidad, funciona como un rebaño de ovejas, siempre iremos alineados por el miedo al perro y los gritos del pastor, aunque vayamos en dirección al barranco. Lo importante es no salirse de la formación.
Muchas gracias.
Igancio
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