En marzo de 2005, Juan y María, jóvenes de 30 años, con sueldos estables de 1000 euros netos al mes cada uno de ellos, deciden comprarse un piso en Getafe (Madrid), que les cuesta 180.000 euros. Acuden a su Caja de Ahorros a pedir un préstamo hipotecario y obtienen, en un pis pas, un crédito por 180.000 euros, después de haberles tasado la finca por el mismo importe. El préstamo es a 35 años y al 3,335 % de interés (euribor+1). Un chollo de condiciones. Esto les supone pagar al mes 727 euros, es decir, el 36 % de sus sueldos netos (que recordemos, son 2.000 euros/mes). Como son unos jóvenes un poco prudentes, con los 18.000 euros que tenían ahorrados antes, y con la colaboración de IKEA, amueblan su casa y aun les queda un sobrante.
Juan y María han visto como poco a poco, pero de forma inexorable, las cuotas de amortización de su préstamo han ido subiendo de forma imparable y hoy, el tipo de interés de la hipoteca está al 6,022 %, y eso, porque han conseguido previamente una rebaja en el diferencial del 0,3. Es decir ahora su préstamo está al euribor + 0,7. Pues bien, hoy deben de pagar al mes 1.018 euros. Si tenemos en cuenta que hoy ganan un poco más, 2.200 euros al mes, ahora deben destinar a pagar su hipoteca el 46 % de su sueldo neto. A todo esto, llevan amortizado de capital una mínima parte, por lo que la deuda actual es equivalente al 98 % del préstamo (más o menos). Ante esta situación deciden vender el piso e irse a vivir de alquiler. Ya han visto un piso en el mismo Getafe, de las mismas dimensiones que el suyo, y hasta con aire acondicionado, por 900 euros al mes. Se ahorran 50 euros de gastos de Comunidad y pagan 118 euros menos que la hipoteca; total, 168 euros.
Pero la cosa no es tan fácil. No hay manera de vender el piso. Y menos por 180.000 euros. Ya han rebajado hasta 150.000 euros y ni por esas.
Entonces se han liado la manta a la cabeza y han decidido no pagar la hipoteca y que se quede la Caja de Ahorros con su piso. Han ido a la Sucursal y le han dado las llaves de su casa al Director. “Se meta Vd. la hipoteca por donde le quepa; no pagamos mas”, le han dicho.
Parece una historia ficticia, pero es tan real como la vida misma.
Me comenta un responsable del Área de Recuperación de Morosos, de una de las cinco primeras entidades de crédito del país, que cada vez se dan más casos como el de Juan y María.
¿Implosión de la nueva Comisión Europea?
Hace 1 semana
8 comentarios:
Habrá que seguir mirando los tapones de la leche para ver si "Pascual" nos paga la hipoteca. ¡Juas!
31 DE OCTUBRE DE 2008. HUELGA GENERAL.
sin sindicalistas chupones.
http://huelgageneral2008.blogpspot.com
Los tiempos cambian y las crisis nos hacen cambiar. Hay dos moralejas en este artículo. Para los jovenes, que no hay que liarse la manta a la cabeza y siempre hay otra salida. Para el banco, que lo que parecía un jugoso negocio ata de por vida y que la casa no tiene tanto valor realmente, la proxima vez que alguien haga una hipoteca necesitara un aval en que la propiedad no será suficiente, hrá que incluir el alma.
Un abrazo
pero como los bancos no son agencias inmobiliarias, les sienta como una patada en los bajos, la postura de tus protagonistas.
Así que intentarán tragar quina y pactar aplazamientos esperando mejores tiempos.
Ya sabes que más vale un mal pacto que un buen pleito
Salut
Un relato claro y neto de los efectos de la crisis. ¿Servirá ésta para cambiar algunas estructuras que en el futuro nos permitan enfrentarnos mejor a una crisis?
No, porque esos cambios impedirían la economía especulativa en la que estamos (o están algunos) anclados.
Gracias y un abrazo.
Para pagar 900 euros de alquiler, ¿no hubiera sido mejor continuar pagando el piso?
Armando, pásate por Araceli. Cant de l'àngel. Assumpció, espero que te guste. Ya me dirás
Salut
Pero eso no se puede hacer, Armando. Si el banco se queda con el piso lo tiene que subastar, y después el hipotecado tiene que pagar la diferencia entre lo que le debía al banco y el precio por el que lo han subastado.
Lo que sí se está produciendo es el "efecto sonajero" (buscar en Google), con hipotecados del otro lado del charco. Un saludo.
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