domingo, 10 de mayo de 2009

FRASES

Vivimos en una sociedad en la que, a mi juicio, el otro nos importa un pito. El mas importante de esa sociedad soy yo. Imagino que esto no es una novedad del siglo XXI y que es una constante que se repite históricamente. Supongo que en cada época se habrán desarrollado dichos o frases de contenidos parecidos a las que hoy quiero comentar.

A través de una mera observación diaria, y nada científica, he podido constatar el uso y abuso de algunas frases que me parecen bastante representativas de ese desprecio al otro.

1.- "Lo que tienes que hacer … …” .
Esta aseveración, seguida de un consejo en forma de orden, es de lo mas corriente en nuestro lenguaje. Se ha convertido en un latiguillo. En esta observación no científica a la que me dedico, he comprobado en numerosas ocasiones, que los “usuarios” de esta frase suelen ser gente prepotente y a la vez mediocre. Pretenden imponer alguna fórmula de su manera de vivir, que autodefinen como definitiva. Algunos ejemplos ilustrativos:
“Lo que tienes que hacer es viajar”
“Lo que tienes que hacer es jugar al golf”
“Lo que tienes que hacer es ir a un gimnasio”.
“Lo que tienes que hacer es régimen y además el régimen de la … (última gilipollez que alguien igual que él o ella le ha dicho)”.

Pues a mí eso de “lo que tienes que hacer …” me incomoda. De hecho, cada vez que alguien intenta decírmelo, obtiene de mí la misma respuesta. “Yo haré lo que me dé la gana; tú haz lo que quieras.”

2.- “A ver si me entiendes” o “A ver si nos enteramos”
En esta rara observación mía, clasifico a los “usuarios” de estas frases en un grupo de gente ignorante o gente pesada (existen las dos versiones), que, incapaces de construir una frase de forma adecuada para expresar una opinión, o simplemente para contar algo, suponen que sus interlocutores son tontos y no entienden lo que pretenden decirnos, cuando los incapaces de expresarse son ellos. Suelen expresarse así ante varios interlocutores, dirigiéndose a uno en particular. Ante estos “usuarios” he adoptado la costumbre de mantenerme callado. He observado que si no les contestas, se desconciertan una barbaridad, que se enredan cada vez mas en razonamientos muy simples y, en muchos casos, sin sentido alguno. Acaban dejándome en paz, o cambiando de interlocutor al que torturar con su monserga.

3.- “No te equivoques”.
Frase de moda en infinidad de conversaciones. Sobre todo cuando uno de los contertulios, expresa una opinión diferente de la del que lleva la voz cantante. En mi opinión, es la frase mas despreciativa hacia la inteligencia de los demás. Es tanto como decirle al otro, que él está en posesión de la verdad absoluta; y por tanto no cabe la menor duda sobre su idea. El que está equivocado es el otro.

En mas de una ocasión (mas bien en muchas), cuando alguien me ha hecho esta “observación”, además de no admitirla, le he mandado a hacer puñetas. Hasta hoy, no ha pasado nada. Incluso algunos han pretendido arreglarlo con aquello de “no te enfades hombre, … … a ver si me entiendes”. Sin comentarios.

4.- “Tu que tienes tiempo”
Esta frase nos la aplican de forma bastante frecuente a aquellos que estamos jubilados o prejubilados. Suele producirse en el transcurso de conversaciones en las que alguno de los interlocutores está muy ocupado o pseudo ocupado y encuentran en el jubilado un clavo ardiendo al que agarrarse para que les resuelva las cuestiones mas nimias e intranscendentes. “Él tiene mucho lío”.

Al principio de mi prejubilación, caí en la trampa un par de veces. Esto me sirvió de aprendizaje. Desde entonces mi respuesta a esta frasecita siempre es la misma: “Tengo el mismo tiempo que tú, 24 horas al día; tú lo utilizas de una manera y yo de otra, es una simple cuestión de matiz”. A mí me funciona.

6 comentarios:

Fernando Solera dijo...

Con esa última respuesta, Armando, los debes de dejar planchados, ¿verdad?

Yo, por mi parte, he llegado a una conclusión en mis 34 años de vida: quienes más critican son siempre, siempre, siempre, los que menos hacen.

Un abrazo

julio navarro dijo...

Frases muy usadas, ciertamente.

Yo, cuando hago algún desplante de los que citas, suelo añadir para quitar hierro al asunto: "De todas formas no te preocupes, la gente siempre dice menos de lo que es", con lo que todavía se queda más desorientado el "beneficiario" del desplante.

Salut

emilio dijo...

Por mi trabajo, a mí la que más "gracia" me hace (la misma que que tiene un picotazo de avispa) es la de "ttú que tienes tiempo".
Podría escribir un libro de 1000 páginas recordando las circuntancias en diversas épocas en las que me han ido martilleando con el "dicho".
La verdad es que no está de moda, como en nuestra época, el "piensa en los demás". En esto como en otras cosas, vamos dando bandazos. Un abrazo: emilio

Elefante Blanco dijo...

Tu "observación no científica" tiene más valor que muchos estudios ´"científicos" de psicología. El desprecio del otro es evidente que ha existido siempre, lo que yo creo que ha crecido en los últimos años es ese centrarse en uno mismo hasta llegar a la ceguera respecto al otro. Me han encantado tus observaciones y tus certeras respuestas a esas frases vacías.

Gracais y un abrazo.

Domingo dijo...

Lo mejor que se puede hacer con este tipo de gente es darse la media vuelta y dejarles sin interlocutor, con la palabra en la boca.

LUFERURA dijo...

Pues mi querido amigo:
lo mejor que puedes hacer es seguir pensando y actuando así; a ver si nos entendemos, que estoy completamente de acuerdo; no te equivoques con lo que escribo; que tu que tienes tiempo descubriras que está en tono jocoso.

Disculpa que me permita esta redacción, pero hablando en serio las frases que comentas son propias de aquellos que creen que su opinión es ley, la única que vale y la mejor.

Un abrazo.