lunes, 28 de enero de 2013

BLANQUEO DE DINERO

 


            Durante más de cuarenta años, he estado ahorrando para poder disfrutar de una jubilación un poco más holgada. Primero mediante aportaciones que hacía mi empresa a un “Fondo Común”, dotándolo con parte de los beneficios que se obtenían, y luego mediante las aportaciones de mi empresa y las mías a mi Plan de Pensiones resultante de la externalización de ese “Fondo Común”.

            En el momento de mi jubilación, opté por disponer de la totalidad del Plan de Pensiones y administrar ese saldo yo mismo. Mi opción era, y es, muy simple: constituir un Depósito a Plazo puro y duro, que voy renovando cuando vence.

            Esta mañana he estado hablando con el banco al que voy a trasladar mi depósito este año. Y entre los documentos que me solicita para proceder a transferir el importe del depósito desde el banco en el que está actualmente, me pide una fotocopia de la carta que me acaba de enviar el INSS comunicándome la actualización (¿?) de mi pensión. Ante mi sorpresa por esta petición, la amable empleada que me atiende me informa de que, al parecer, necesitan los bancos un justificante de la procedencia de los ingresos de sus clientes. Me indican que “por aquello del blanqueo de capitales”. Y claro, no puedo más y me descojono.

            Desde mi primer sueldo, 250 pesetas (parte proporcional de una paga que se llamó “de los 25 años de paz”) que cobré en abril de 1.964, hasta el último euro de la pensión que acabo de recibir hace dos días, han estado controlados y blanqueados mes a mes, por un detergente social y solidario llamado IRPF.  
            Tengo la sensación de que, como soy mayor de 65 años, lo mismo que me recomiendan vacunarme contra la gripe al ser “grupo de riesgo”, también ahora debo vacunarme contra “el dinero negro”; no sé si también seré “grupo de riesgo”.

           Claro está, que si esta vacunación se hubiera comenzado hace muchos años, no nos encontraríamos con la epidemia que estamos padeciendo hoy. Valga como botón de muestra el artículo que publica hoy “El País”, “La investigación destapa cuentas en el extranjero de políticos y empresarios” http://bit.ly/YzKSv5.

Se da la coincidencia de que uno de esos políticos a los que alude el artículo es Guillermo Ortega, anterior alcalde de Majadahonda entre 2001 y 2005. Guillermo, Willy, para los que le conocimos despachando cajetillas en un  estanco,  o de ayudante del guarda jurado de El Zoco de Majadahonda, es un ejemplo palmario del tonto útil tan necesario en ese mundo del blanqueo. Y como a todos los tontos les da por lo mismo, pues sus mentores le sitúan, le colocan, y tal y tal.    http://bit.ly/ViyZVS . ¿A que es muy sencillo?.  Solo hace falta una condición indispensable: ser golfo.



3 comentarios:

efurom1 dijo...

Eso que cuentas, querdio amigo Armando, no es más que el resultado de la miopía de este gobierno: se vigila al trabajador, se le suben los impuestos, se le atosiga...mientras a los "listos" se le permite operar en paraísos fiscales, se les concede amnistía fiscal, y si todo eso falla, para eso están los indultos.
Pero bueno,vamos a ver cómo salen de esta (de las cuentas de barcenas). tu presi gonzalez estará muerto de risa: ya nos hemos olvidado de él :(
Un abrazo!

Fernando Solera dijo...

Al currito, al empleado con nómina, le ponen mil cortapisas. Sin embargo, a los millonetis, les abren las puertas de par en par (SICAV, p. ej.)

Por cierto, creo que hiciste muy bien respecto al plan de pensiones. Que un experto como tú haga eso da mucho que pensar.

Un abrazo.

armando alonso dijo...

Amigo Fernando. Te recuerdo un post que publiqué, en septiembre de 2010, sobre los Planes de Pensiones: (http://bit.ly/W8Auo3) y en el que dejaste una opinión personal. Cambiando las cifras que manejaba entonces, mantengo la misma teoría.
Un abrazo.