viernes, 23 de abril de 2010

EL QUIOSCO MAGICO

Hace unos días prometí contar una jugosa historia de un quiosco de bebidas que, por arte de magia, se transformó en un Mc. Donald's. La cosa fue como sigue.

Érase una vez, allá por el mes de octubre del año 1.991 en el pueblo de Majadahonda. El Ayuntamiento, presidido por D. Ricardo Romero de Tejada y Picatoste, convoca un concurso “para la instalación temporal de quiosco de bebidas en la zona verde de Interland”. En el Pliego de Condiciones Técnicas, figura que “esta instalación deberá cumplir la vigente ordenanza municipal reguladora de la autorización para ejercer en la vía pública la actividad de venta de periódicos, revistas, bebidas, helados y similares en lo que no sea contraria a estas bases.”.


Por su parte en el “Pliego de Condiciones Económico-Administrativas que regirán en la contratación para la concesión de instalación y explotación de quiosco de venta de bebidas en la zona verde de Interland”, se habla en el Punto 1 de “instalación y explotación de quiosco de venta de bebidas y comida”. En el Punto 5 se especifica que: “La concesión se otorga por un plazo de 25 años …”. En el Punto 8 se establece que: “La garantía o fianza provisional para tomar parte en el concurso se establece en la cantidad de 2.500.000 pts” (año 1.991). El Punto 15 determina que: “Se fija un canon de 125 millones de pts. (año 1991), más los gastos de acondicionamiento de la zona verde …. El canon será pagado de una sola vez al inicio de la concesión. En sustitución del canon anual se efectuará el mantenimiento de la zona de jardín que se indica en plano adjunto”.

Es en este momento cuando la magia majariega comienza a funcionar. El polvo mágico que emite la varita de mando del Sr. Alcalde, comienza a invadir la atmósfera municipal. La aprobación del concurso es el día 28 de octubre de 1991, los anuncios en el BOE. y en el BOCAM, son de fechas 16.11.91 y 19.11.91.

Solo concurre un solo licitante, quizás influido por alguna ráfaga del polvo mágico que emite el Sr. Alcalde. Se trata de un quiosquero tan nombrado como Restaurantes Mc Donald’s S.A., que indudablemente pretende montar un quiosco de venta de bebidas y quizás algún helado, por aquello de cumplir “la vigente ordenanza municipal”. Este humilde aspirante no tiene ningún problema para depositar la fianza provisional de 2,5 mm. de pesetas. La vertiginosa velocidad a la viajan las cuestiones mágicas, permite poder abrir la plica del concurso (solo había una) el lunes 30.12.91 (buena fecha en plenas fiestas navideñas). El informe favorable de los Servicios Técnicos de Arquitectura es de fecha 10.01.92. El dictamen favorable de la Comisión de Urbanismo y Medio Ambiente está fechado el 14.01.92. La adjudicación del concurso se produce el 27.01.92. El dictamen del Asesor Jurídico, sobre Recurso de Reposición presentado por el Grupo Socialista se emite el día 11.02.92. La formalización del Contrato de Concesión Administrativa tiene fecha de 18 de febrero de 1992. Un concurso realizado con “magia blanca”, sin trampa ni cartón. Los ignorantes ciudadanos nunca vieron truco alguno. Ese el mérito de los buenos prestidigitadores: nunca revelan sus trucos.

Pero queridos amigos, esto solo era el comienzo del quiosco mágico. Analizando minuciosamente la “receta-concurso” para montar un quiosco de bebidas, hay algunos ingredientes que inducen a pensar que debe ser un quiosco diferente a lo que estamos acostumbrados. Una fianza previa de 2,5 mm. de pts., un canon de 125.377.000 pts, y un acondicionamiento del quiosco de 32.350.000 pts, es decir unos 160 millones de pts (casi un millón de euros de los de hoy), necesitan un punto de magia  financiera, que un simple quiosquero que vende cervezas y coca-colas, ni tiene ni tendrá nunca. Pero, ¿a qué viene tanto dispendio económico, por mucha magia financiera que haya, para montar un simple quiosco de bebidas?.

Todo tiene su explicación. La magia que la varita del Sr. Alcalde emite, no había hecho más que empezar a producir polvo mágico. Ya en el Informe de los Servicios Técnicos de Arquitectura, se señala que “el quiosco propiamente dicho alberga la cocina, área de espera, almacén y cámaras…”; “terraza cubierta destinada a albergar zona de restauración”; “por último prevé la posibilidad de suministro a clientes en coche, de forma que el proyecto contempla la posibilidad de circulación rodada alrededor del quiosco donde, a tal efecto, se habiliten unas ventanillas de cocina”.

La magia municipal había conseguido que, por una extraña maniobra evolutiva, un quiosco de bebidas se hubiera convertido en un restaurante que cocina y vende hamburguesas. Y hasta las vende  con un novedoso servicio de  Mc Auto. Eso sí, también vende bebidas, como no podía ser de otra forma. Es la razón de ser de esta Concesión Administrativa. Siempre hay que guardar las formas.

El día 13 de mayo de 1992, emite el Sr. Alcalde un Oficio, en el que notifica a “los vecinos inmediatos al lugar del emplazamiento de un quiosco de comidas y bebidas que va a instalar Restaurantes Mc. Donald’s por si cree pertinente formular reparos u oposiciones sobre la instalación referida”. Este Oficio, tiene una nota marginal que dice así: “Con la obligación expresa de hacérselo saber a todos los vecinos”. El “recibí” del original de este documento, está suscrito por un garabato sin identificación ni de persona ni de D.N.I., como es preceptivo. Este “vecino inmediato”, vio por primera vez este documento el 7 de octubre de 2009. Diecisiete años más tarde de la inauguración del quiosco de comidas y bebidas.

El quiosco mágico se acabó de construir y como corresponde en estos casos un buen día del verano de 1992 se inauguró. El quiosquero invitó al acto a los sufridos vecinos, que tendrían que soportar durante veinticinco años este negocio pegado a sus viviendas, y al Sr. Alcalde artífice de semejante transformación. En este memorable acto, el Sr. Alcalde quiso hacer extensiva su magia a los ciudadanos que soportarían este bodrio. De este modo cuando uno de esos ciudadanos le trasladó su inquietud por las molestias a sufrir, el Sr. Romero de Tejada y Picatoste le contestó textualmente: “¿Y la revalorización que va a daros a vuestras viviendas este Mc. Donald’s que os he instalado a la puerta de casa?”.

Y Mc. Donald’s y el Sr. Romero de Tejada y Picatoste fueron muy felices, prosperaron cada uno en lo suyo (uno en eso de la comida y otro en eso de la política, que a fin de cuentas es comer a costa de los demás) y a los ciudadanos más próximos al quiosco mágico, les dieron con los olores, los ruidos y la suciedad en las narices.

5 comentarios:

emilio dijo...

Creía que Gil había inaugurado un "estilo" con su alcaldía de Marbella, pero por lo que he leído hoy aquí, Gil no era un caso aislado, sino parte de una "generación" que hoy con los gurtel y cía están poniendo una pica en flandes.
Muchas veces me pregunto: ¿dónde, en qué escuela habran aprendido estas malas artes?
Un abrazo: emilio

Josito dijo...

Como Mcdonalds se entere de lo del Quiosco Mágico lo utiliza como campaña publicitaria... ¡¡ es fabuloso !!

Lo que siento es lo fácil que es reirse de los pobrectios ciudadanos de a pie. A veces me dan ganas de no pagar ni un impuesto más.

Saludos.

Unknown dijo...

Armando: como algunas veces te he indicado, esto es un subproducto más del Mago Midas Romero de Tejada, aprendiz de brujo que sentaría cátedra y formaría una amplia escuela de la zona (algunos ahora están mordiendo el polvo).
Pese a lo que opina Fukuyama: la historia aún no ha terminado y nos quedan aun muchas sorpresas....cosas veredes amigo Sancho.

Un abrazo: Luis

Josep Julián dijo...

Nilagros de la prestidigitación los hay por todas partes, eso es innegable, En la línea de costa, sin ir más lejos, se cometen tantas barbaridades que a lo sumo que llegan es a deshacer los chiringuitos en invierno por imperativo municipal y volver a montarlos en verano (saltándose el imperativo municipal) y así año tras año.
Salud que haya.
Un abrazo.

julio navarro dijo...

Viví dos años (jul-90/jul-92) en Puerta de Sierra III, y sé más o menos de lo que hablas.

Luego pasé otros catorce años (dic/92 nov-2006) en Galapagar y tres cuartos de lo mismo.

Ahora vivo en Cullera. ¿Has oído hablar del Manhattan de la Bega? (sí, sí, aquí son tan chulos que escriben Vega con B, y encima piensan que es lo correcto)

No voy a repetir aquello tan manido de que en todas partes cuecen habas, pero reconozco que nos lucimos a la hora de ejercer nuestro derecho al voto.

Salut